
Recomiendo, por tanto, la consulta de las bases técnicas en las que se apoya su elaboración en el contexto de las interesantes actividades llevadas a cabo por la ESA.
Este blog pretende contribuir al desarrollo y fortalecimiento de la cultura y de la sensibilidad territorial ante las múltiples manifestaciones de agresión y deterioro a que se ven sometidos los paisajes como consecuencia de actuaciones frecuente y deliberadamente insensibles con la calidad y los recursos que los identifican.
de las buenas prácticas en el ejercicio de la acción pública y en sintonía con los objetivos y principios contemplados
en el Manifiesto por una Nueva Cultura del Territorio.
Planteado también con fines didácticos, se concibe como un documento aplicable a la docencia, así como un espacio de encuentro, comunicación y debate con los estudiantes y profesores de Geografía, y con quienes se interesen
por la evolución y los métodos de esta disciplina, por la utilidad e importancia de la información geográfica,
por su dimensión aplicada y por las políticas relacionadas
con la Ordenación, el Gobierno y el Desarrollo del Territorio.
El pasado 13 de diciembre se ha presentado en Ciudad de Panamá un documento excepcional, cuya consulta resulta obligada para quienes se interesan por los problemas ambientales y territoriales del mundo y de la época que nos ha tocado vivir. Me refiero al Atlas of Our Changing Environment, referido al espacio de América Latina y el Caribe. Es obra del organismo más cualificado para llevar a cabo tan impresionante tarea: el United Nation Environment Program / PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), que anualmente presenta sus interesantes y valiosos informes sobre la situación medioambiental del mundo, lo que le convierte en un texto de obligada referencia para el conocimiento de las tendencias y problemas que definen la situación de los ecosistemas terrestres, en un contexto de cambio estructural de las condiciones en que se desenvuelven. La minuciosidad y rigor con que analiza los casos problemáticos - un total de 65 - son notables y de una gran utilidad didáctica. Como herramienta de clase no tiene desperdicio.
El informe sobre América Latina y el Caribe merece consideración, ya que es uno de los ámbitos por el que este blog también se muestra atento. Y lo es además por la sensibilidad que provoca la constatación de la gravísima crisis ambiental que afecta al continente, debido a los impactos ocasionados por el crecimiento incesante y desorganizado de las ciudades y por la intensidad de los procesos de deforestación. En ello ha insistido con especial contundencia durante la presentación del informe
Especial atención concede el informe a la pésima calidad de las infraestructuras ambientales (abastecimiento de agua, saneamiento, almacenamiento de los residuos), a la contaminación del agua y a la frecuencia y magnitud de los desastres naturales, que cobran gravedad extrema en áreas urbanas construidas sin prevención alguna, acentuando la situación de vulnerabilidad frente al riesgo y la catástrofe, con manifestaciones particularmente dramáticas en Centroamérica y el Caribe. No en vano aquí se localizan siete países que se cuentan entre los más propensos del mundo a padecer desastres naturales con impactos agravados por la ausencia de planificación que corrija o mitigue la intensidad de sus efectos.
Y, como no podía ser de otro modo, la deforestación ocupa una parte destacada dentro de este crítico y muy preocupante diagnóstico. Se calcula que anualmente la región pierde en torno a 43.500 Kilometros cuadrados de superficie boscosa, de lo que son claro testimonio lo sucedido en
Y, como colofón, el informe emite de nuevo una contundente señal de alarma respecto a las tendencias observadas en las acumulaciones glaciares, bien expresivas en el caso de Chile, el de mayor relevancia superficial en este bien de interés ambiental (22.000 km2), pese a que el 87% acusaba evidentes retrocesos, un 7% se encontraba estable y sólo un 6% presentaba ligeros avances.
La consulta de este Atlas, bien diseñado y estructurado, resulta muy aleccionadora.
Reunión de amigos y colegas en Valladolid. Para hablar de la ciudad, de sus periferias, de sus problemas, de sus horizontes, de sus alternativas. La convocatoria del acto, organizado por
Luis Felipe Alonso Teixidor sabe mucho más de lo que dijo, y eso que dijo muchas cosas. Es profesor titular de Urbanismo en
Luis Felipe Alonso Teixidor y Celestino Candela Pi
El tema abordado era sin duda sugerente: “Paisajes fronterizos: ¿escenarios urbanos sin ciudad?" A nadie se le oculta que desarrollar en una sesión, de cara a un público donde había personas no especializadas, una cuestión como esta no es tarea baladí. Pero Luis Felipe supo afrontar la complejidad de los problemas abordados con el lenguaje cuidadoso que le caracteriza, con una buena estructuración de las ideas y con ayuda de un soporte gráfico impresionante. En esencia, tres fueron las ideas desarrolladas, y en torno a las cuales gravitó el resto del dicurso.
Con la primera, quiso llamar la atención sobre los impactos de la industrialización en los crecimientos periféricos de las ciudades, donde se crean lo que denominó como “bordes problemáticos”, caracterizados por las tensiones sociales y habitaciones bien conocidos, no sin dejar de mencionar el valor de las iniciativas impulsadas por visionarios del urbanismo humanizado, como el caso expresivo de Ebenezer Howard.
Especial atención dedicó a las características del modelo de expansión periurbana ocurrido en las ciudades norteamericanas, donde tiene lugar, de manera emblemática para otras escalas, la adaptación de las formas de vida a las lógicas de relación y movilidad impuestas por las periferias. Un fenómeno generalizado, que, a su juicio, no debe demonizarse, por más que responda a un enfoque insostenible del crecimiento y dé lugar a la fragmentación como proyecto urbano y a la disgregación de los componentes de la centralidad urbana, tan artificiosos como los pudiera significar el entendimiento de los macrocentros comerciales como el equivalente a las calles principales de los centros urbanos, entre otras razones porque aquellos no operan en modo alguno, a diferencia de éstos, como espacios públicos. Se trata, afirmó, de una tendencia marcada, en el contexto de las periferias, a la “capsularización” de los hábitos y formas de vida.
Por otro lado, no menos interesantes fueron las reflexiones efectuadas en torno a los dualismos que se crean en la ciudad contemporánea como consecuencia de las ocupaciones masivas de espacios que acaban trascendiendo las pautas clásicas de articulación urbana y urbanística. Todo ha consistido, a su modo de ver, “en el tránsito del crecimiento planificado manteniendo el espacio público al crecimiento sin espacio público”. Curiosa antinomia que lleva a pensar en las relaciones de conflicto que surgen entre la ciudad compacta y la ciudad difusa, en las incertidumbres que afloran a la hora de hablar de ciudadanía urbana o en las dificultades de crear conexiones integradoras entre estructuras fragmentadas.
Las consideraciones realizadas en torno a experiencias alternativas -en concreto, aludió a la figura de las “urban villages” norteamericanas (interesa consultar el enlace) - estuvieron motivadas más por el deseo de encontrar una salida satisfactoria a modelos de estructuración de la ciudad correspondientes a una etapa de crecimiento sometida hoy a revisión que por el convencimiento de que se están dando pasos consistentes en ese sentido. En cualquier caso, hizo una valiosa llamada a la reflexión sobre los temas abordados, convencido de que "hay exceso de instrumentos y ausencia de pensamiento". Tomen nota de la frase porque tiene su miga.
El análisis y descripción que, finalmente, hizo sobre el Proyecto de Reordenación Urbana del área formada por los municipios de Oviedo, Siero y Llanera, y al que ya he hecho referencia en este blog, supuso una demostración de madurez profesional, cimentada en una sólida formación técnica y en un conocimiento profundo y meticuloso del territorio en el que se centra el proyecto del que ha formado parte.
En suma, pues, una sesión de gran utilidad, poco frecuentes en la ciudad donde vivo, y que muestra el esfuerzo realizado, con tanto entusiasmo como pocos recursos, por quienes dirigen
Plantear el desarrollo de la gestión pública sobre el territorio con visión prospectiva constituye sin duda un objetivo ambicioso. Como su nombre indica, se trata nada menos que de contemplar las intervenciones desde el punto de vista territorial teniendo en cuenta la adaptación de las decisiones a los cambios y a los desafíos que ha de presentar un entorno caracterizado por transformaciones y tendencias que necesariamente han de repercutir en las medidas que se lleven a cabo de acuerdo con un plan de actuación programado. Dicho de otro modo, frente a la visión cortoplacista, de horizontes alicortos, con que a menudo se aborda la intervención en el territorio, la “prospectiva” defiende un enfoque valorativo de las implicaciones que a medio o largo plazo puede tener una actuación, anticipándose a los riesgos y consciente también de la necesidad de que la decisión adoptada sea la más conveniente para que los efectos pretendidos pervivan en el tiempo, garanticen los resultados que más convengan al territorio y preserven el mantenimiento de sus recursos.
Cuatro son los objetivos y criterios metodológicos que la definen (según el Grupo Futuribles):
1. Elaborar un diagnóstico de los territorios y explorar sus futuros posibles a medio y largo plazo.
2. Identificar, en función de sus potencialidades y problemas específicos, los proyectos con mayor poder de movilización.
3. Identificar a los actores y a las capacidades que puedan jugar un papel determinante en su desarrollo.
4. Aportar respuestas pertinentes y coherentes para la aplicación de una politica de ordenación y desarrollo sostenible del territorio.
Vista de este modo, la prospectiva se convierte en un principio esencial de las políticas territoriales, tanto por lo que tiene de prevención y cautela frente a los riesgos como de toma en consideración de la “durabilidad”, entendida como criterio valorativo de la efectividad que una iniciativa posee en un contexto diferente al que caracterizaba el momento en el que se llevó a cabo. En este sentido, es evidente que la noción aparece estrechamente conectada con la idea misma de “desarrollo sostenible”, que sólo puede concebirse en el marco de un planteamiento capaz de anticiparse, y, por lo tanto, de mitigar, los problemas inherentes a una decisión precipitada.
De izquierda a derecha, Pascal Boniface, Juan Manuel Badenas, Raimundo Pérez-Hernández (director de la Fundación Ramón Areces) y Carlos Malo de Molina (Madrid, 20 de noviembre de 2010)
Ahora bien, ¿podemos tener en estos momentos las certezas suficientes como para operar prospectivamente en el territorio con las necesarias garantías? Traigo el tema a este blog porque debo reconocer mi preocupación al respecto. Aunque no es una sensación nueva, me he afianzado en ella tras asistir hace unos días a la mesa redonda que, sobre el tema “Importancia de
Las reflexiones apuntadas fueron interesantes y permitieron poner en evidencia el alto grado de aleatoriedad e indefinición de pautas organizativas de futuro al que se enfrentan las sociedades contemporáneas en un momento en el que, paradójicamente, se dispone de ingentes caudales de información, que a su vez provienen de fuentes que no cesan de ampliarse, una vez que el Estado, pese a ser un actor central en las relaciones internacionales, ha perdido, dentro de la economía globalizada, el monopolio de la información. En estas condiciones nos situamos, sin embargo, ante un escenario en el que lo más difícil es establecer relaciones entre los datos recibidos para elaborar conclusiones fiables que encaucen debidamente la toma de decisiones.
De ahí que, aun reconociendo que la prospectiva es un enfoque adecuado, capaz de aportar la confianza necesaria para la racionalización de las decisiones, lo cierto es que la propensión contradictoria a que inducen las características de la información, por un lado, más las incertidumbres provocadas por la crisis económico-financiera (con su fortísima incidencia en la pérdida de estabilidad de los mecanismos de regulación y en la dudosa supervivencia del Welfare State) generan un escenario poco proclive a la adopción de medidas preventivas con visos de aplicabilidad a medio y largo plazo. Aspecto que al tiempo viene corroborado por la constatación de que las inferencias basadas en la estimación cuantitativa o matemática tienden a ser cuestionadas por la extremada variabilidad de la secuencia numérica real.
Asi las cosas, las preguntas son inevitables. De momento, baste con dos: ¿Hasta qué punto se han perdido los referentes de estabilidad o permanencia que permitían asegurar el futuro? ¿Disponemos, con la suficiente solidez, de posiciones teóricas que nos reconforten en las convicciones sobre la pertinencia de las visiones prospectivas que muchos juzgamos tan necesarias, entre otras razones porque en ellas creemos encontrar la salvaguarda de los principios defensores de las buenas prácticas en la utilización de los recursos territoriales?
Aunque obviamente no tengo las respuestas a tales incógnitas (y por ese motivo las traigo a colación), no me parece desacertada, siquiera sea como atisbo confortable, la idea formulada por Jean Paul Bailly, reconocido defensor de lo público en Francia y cualificado teórico sobre el tema que nos ocupa. En uno de los informes al Consejo Económico y Social francés proponía una metodología para la construcción de decisiones estratégicas basadas en el debate público y en una tarea de prospectiva planteada de forma permanente. He aquí el argumento central: “es necesaria la articulación de ambos procesos en el funcionamiento del sistema decisional, teniendo en cuenta que la prospectiva que alimenta el debate se convierte en el mejor instrumento para la decisión”. En otras palabras, y es un argumento que deseo subrayar, se trata de sustituir una prospectiva meramente dirigista, definida en la fase previa del proceso decisional y apoyada en la extrapolación de tendencias más o menos predeterminadas (de “lourdes”, pesadas, las califica Bailly) por un enfoque interactivo, capaz de detectar los signos débiles que afectan a las dinámicas territoriales, de elaborar futuros deseables y de animar procesos de cambio a los que contribuyan los actores, implicados a su vez en el debate público. En suma, una prospectiva fortalecida por la reflexión colectiva sobre la base de la participación multiagentes. Me atrae la idea y por eso la comento aquí.
Cuando sus resultados son patentes en el territorio, las políticas de calidad ambiental acometidas por los pequeños municipios deben merecer el máximo reconocimiento. ¿Cómo invalidar o pasar por alto el esfuerzo que los Ayuntamientos de reducido tamaño realizan por mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos y atender, en la medida de sus modestas posibilidades, a las buenas prácticas que implica un compromiso efectivo con el medio ambiente?
En el 10 Congreso Nacional de Medio Ambiente, recientemente celebrado en Madrid y del que he dado cuenta en este blog, se concedieron los Premios CONAMA a la Sostenibilidad de Pequeños y Medianos Municipios. Tuve la oportunidad de asistir al acto de concesión, que resultó tan interesante como expresivo del empeño que muchas administraciones locales, y quienes las gobiernan, ponen en aras de un mundo más respetuoso con el entorno. No entraré a valorar en detalle lo que este reconocimiento, visto de forma desagregada, me merece. Simplemente me limito a aconsejar la lectura de las fichas respectivas, que sin duda resultan esclarecedoras de la diversidad de situaciones y muy útiles desde el punto de vista comparativo.
Ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes
Primer Premio al Ayuntamiento de Umbrías (Ávila)
Accesit:
Ayuntamiento de
Ayuntamiento de Trabanca (Salamanca) (el más votado on line)
Ayuntamientos entre 5.000 y 30.000 habitantes
Primer Premio al Ayuntamiento de Tineo (Asturias)
Accesit: Ayuntamiento de Medina del Campo (Valladolid)
Ayuntamiento de Elgóibar (Guipúzcoa)
Ayuntamiento de Órgiva (Granada) (el más votado on line)
El pasado 27 de octubre fue presentado el Informe de Síntesis ESPON 2013, en el que se recogen, explican y desarrollan las líneas de investigación acometidas por este importante órgano de análisis y prospectiva territorial impulsado desde
Son elementos emblemáticos de nuestro paisaje forestal, testimonios valiosísimos e irreemplazables de un patrimonio natural heredado cuya supervivencia resulta esencial para la preservación de la personalidad ambiental de los paisajes españoles. Su visita y admiración son obligadas, pero han de hacerse con el respeto, el cuidado y la atención que merece un entorno amenazado por los riesgos a los que se ven expuestos los valores ecológicos más preciados.
Obligada referencia merecen, por tanto, los Premios Árbol y Bosque del Año, otorgados en su edición de 2010 por
La relación es tan interesante como atractiva en cada una de las categorías en que se tipifican los criterios que avalan las diferentes situaciones seleccionadas. No hay prelación entre ellas, pero sí considero oportuno ordenarlas de este modo, limitándome a recoger la ficha oficial de identificación de cada una de ellas:
Souto de Santa Eufemia de Folgoso do Courel (Lugo), presentado por
Premio compartido por el Hayedo de Montejo (Montejo de
El Olmo de Layos, propiedad del Ayuntamiento de Layos (Toledo). Con una edad estimada de más de 300 años, este olmo (Ulmus minor) se encuentra vivamente ligado a la historia del municipio, hasta el punto de que forma parte del escudo heráldico. El ayuntamiento se ha comprometido a realizar un riguroso estudio del estado actual del árbol y aplicar los tratamientos que se aconsejen. Hay que tener en cuenta que éste es uno de los pocos olmos españoles de gran porte que ha sobrevivido a la plaga de grafiosis que, desde hace 30 años, ha matado a cientos de miles de estos árboles hasta erradicarlos prácticamente de nuestro paisaje.
El Abuelo de Chavín (Avó de Chavín), propiedad de
La expresividad de la imagen ha de ir unida al valor de la palabra que la explique e interprete. Es el empeño que siempre han mostrado los geógrafos para desentrañar en lo que se ve los factores y argumentos que justifican el que el territorio observado presente, en función de sus valores y de las actuaciones que sobre él se llevan a cabo, los rasgos visuales que lo identifican.
Todo un tratado podría hacerse en este sentido cuando uno se topa con un documento gráfico sumamente esclarecedor. Es lo que ha conseguido Salvador Aznar con el excelente video que nos ofrece la dimensión de los impactos urbanísticos y ambientales que han modificado los paisajes naturales de las islas Canarias, que bien pudieran ser incluidos entre los más bellos y espectaculares del mundo.
Que cada cual saque sus conclusiones, que la simple mirada traiga a la mente analítica y observadora el significado que la imagen proporciona, que la reflexión sobre lo visto conduzca al entendimiento crítico de lo que supone alterar un paisaje singular con intervenciones que lo empobrecen y deterioran para siempre.
Como suele ser habitual, el VI Congreso Internacional de Ordenación del Territorio, organizado por FUNDICOT en Pamplona durante los dias 27,28 y 29 de octubre ha cubierto satisfactoriamente las expectativas creadas. Ha servido para reunir a cerca de dos centenares de expertos y profesionales del territorio en torno a una serie de temas de crucial importancia en el momento actual. La verdad es que las áreas temáticas han estado bien elegidas, pues han centrado la atención en cuestiones de tanta relevancia, teórica y aplicada, como son: “Experiencias y buen gobierno en materia de Ordenación del Territorio”, “Ciudades y cambio global”, “Turismo Interior y Costero”, “Desarrollo Rural y reservas de la biosfera”, “Paisaje y Patrimonio territorial” e “Infraestructuras y territorio”.
Puesto que hacer una crónica detallada de las presentaciones y debates desborda en estos momentos mis posibilidades de tiempo, me limitaré simplemente a dejar constancia del interés de las conferencias inaugurales que abordaron dos temas abiertos a la polémica: la primera corrió a cargo de Andreas Faludi, Profesor de
Faludi trató con rigor un aspecto que particularmente me preocupa: la evolución y el futuro de la política de Cohesión Territorial de
La respuesta viene dada (ver imagen) por las importantes novedades que introduce lo que él denomina el período Post-Delors y que, en esencia y como se ve en la imagen así como el documento de Faludi disponible en la red, incorpora una serie de ideas relevantes: los enfoques preconizados por el informe Sapir & Kok, claramente en sintonía con los objetivos de competitividad planteados en
Por su parte, la intervención de Antonio Serrano sirvió para tener una visión coherente e integrada de las pautas que han orientado
A medida que los impactos provocados por el crecimiento (stock productivo, infraestructuras de comunicación, indicadores de desarrollo, distribución espacial de la pobreza, transformaciones en el paisaje.... ) han ido modelando las estructuras territoriales, han hecho acto de presencia también las disfunciones que han entorpecido el buen desarrollo de las prácticas asociadas a la planificación de los impactos y de las dinámicas que los explican. Basta simplemente con echar un vistazo a la síntesis que el autor realiza sobre "los problemas de la planificación" para hacerse una idea cabal de los problemas que aquejan a la ordenación del territorio en España.