Reanudo con el interés y los objetivos de siempre las reflexiones y sugerencias que en este blog tratan de sensibilizar a la opinión pública y a mis alumnos sobre los problemas que aquejan a los espacios amenazados por la incuria, la ignorancia o el lucro desmedido de que hacen gala muchos de quienes debieran ser responsables cuidadosos de la preservación de los rasgos naturales que los distinguen.
En esta época del año, cuando las costas españolas se encuentran abarrotadas de gente y el disfrute del mar aparece como la motivación principal del ocio al que se acogen los propios del país y un verdadero aluvión de cuantos lo visitan, no estaría de más dedicar un poco de tiempo y la atención que se pueda a los argumentos que, de mentes y plumas autorizadas y solventes, incitan a reflexionar sobre el maltrato de que ha sido objeto el litoral español. Con frecuencia he aludido a ello en esta ventana.
No entraré en más detalles, pues mi intención en estos momentos no es otra que la de invitarles a la lectura del artículo que con el título La destrucción de las playas españolas ha publicado recientemente el Dr. Miguel A. Losada, que desempeña la dirección del Centro Andaluz del Medio Ambiente (CEAMA). Es una voz seria y rigurosa, digna del importante organismo que preside y ante todo representante de ese clamor que hoy es compartido, aunque no tenga la resonancia que merece, por un sector cada vez más amplio de la sociedad española.