Este blog pretende contribuir al desarrollo y fortalecimiento de la cultura y de la sensibilidad territorial ante las múltiples manifestaciones de agresión y deterioro a que se ven sometidos los paisajes como consecuencia de actuaciones frecuente y deliberadamente insensibles con la calidad y los recursos que los identifican.


Desea significar el compromiso de la Geografía y de los geógrafos con la defensa de la calidad de los territorios
y

de las buenas prácticas en el ejercicio de la acción pública y en sintonía con los objetivos y principios contemplados

en el Manifiesto por una Nueva Cultura del Territorio.


Planteado también con fines didácticos, se concibe como un documento aplicable a la docencia, así como un espacio de encuentro, comunicación y debate con los estudiantes y profesores de Geografía, y con quienes se interesen

por la evolución y los métodos de esta disciplina, por la utilidad e importancia de la información geográfica,

por su dimensión aplicada y por las políticas relacionadas

con la Ordenación, el Gobierno y el Desarrollo del Territorio.


jueves, 21 de mayo de 2009

Entra en vigor en España el Convenio Europeo del Paisaje

El 1 de marzo de 2008 entró en vigor en España el Convenio Europeo del Paisaje, tras su ratificación por nuestro país el 26 de noviembre de 2007. Gran importancia cabe asignar a este documento, promovido por el Consejo de Europa, que lo dio a conocer el 20 de octubre de 2000 en Florencia, con el que se trata de abordar objetivos esenciales para la conservación de los paisajes europeos con el propósito, tal y como indica su preámbulo, de "alcanzar un desarrollo sostenible, basado en una relación equilibrada y armoniosa entre las necesidades sociales, la economía y el medio ambiente".

Su lectura permite profundizar en esta perspectiva integradora, que encuentra precisamente en la preservación de la calidad paisajística del territorio uno de sus fines esenciales.


lunes, 11 de mayo de 2009

Por una Nueva Cultura del Territorio


En los últimos diez años el territorio español ha sufrido una de las transformaciones más vertiginosas e intensas de cuantas han tenido lugar en Europa. Se ha desencadenado una fiebre edificatoria sin precedentes, que ha hecho mella fundamentalmente en la costa y en las áreas periféricas de las ciudades, expandiendo y densificando el perímetro construido de forma espectacular y sin apenas restricciones, que acomodaran la dinámica del proceso a las características del espacio o a sus peculiaridades ambientales. No ha habido límites que pusieran orden en medio de tanto frenesí.

La ocupación indiscriminada a base de edificios de todas las fisonomías, alturas y modalidades estéticas - algunas de ellas de pésimo gusto- se ha apoderado del pais en un clima de tolerancia y permisividad que ha puesto de manifiesto el desinterés de la mayoría de las Administraciones, de todas las escalas y colores políticos, por introducir una mínima racionalidad en una dinámica imparable. Una dinámica que, asumida por todos, jamás debatida en los foros de la política y considerada como uno de los pilares del crecimiento y del empleo, no admitia reservas ni cautelas, so pena de contradecir un modelo de actuación que deparaba pingües beneficios, merced a espectaculares plusvalías, coincidentes con el encarecimiento brutal de la vivienda y con la aparición de comportamientos especulativos que con frecuencia eran admitidos como inevitables. Conocidos desde hace tiempo, los escándalos inmobiliarios, siempre asociados a la corrupción del poder público, sólo han empezado a ser perseguidos por la ley cuando alcanzaban niveles inadmisibles y daban lugar a una alarma social que podía poner en peligro la normalidad de la convivencia.

En este contexto surgió precisamente la necesidad de acometer y difundir un planteamiento crítico que, al tiempo fuese de denuncia de una estrategia de crecimiento absolutamente insostenible- e inevitablemente, como ha sucedido, abocada a una crisis inminente - y de propuesta alternativa en aras de una defensa de principios que tuvieran en cuenta el territorio como un valor digno de ser preservado o gestionado con criterios que evitasen el esquilmo, el deterioro y las tendencias especulativas, causantes del descrédito de las instituciones y de una perversión cualitativa del trabajo humano, más asociado al enriquecimiento fácil que a las posibilidades que derivan del esfuerzo, de la creatividad y de la innovación.

En Mayo de 2006 un grupo de geógrafos, arquitectos, sociólogos, ingenieros y profesionales relacionados con las diferentes perspectivas de que es susceptible una cuestión de tanta trascendencia suscribimos este Manifiesto por una Nueva Cultura del Territorio, que incluyo en el blog para que se conozca, se difunda, se debata y sirva como soporte de ese cambio necesario que nuestras sociedades necesitan para captar los riesgos que se corren si no ponen límites justificados al deterioro y al empobrecimiento de los recursos patrimoniales que encierra el concepto de territorio.

Personalmente me he encargado de distribuirlo con profusión en Europa y en América Latina, he intervenido en bastantes encuentros dentro y fuera de España, participé en la presentación que de él se hizo en Valladolid en un acto organizado por mi buen amigo Celestino Candela, Secretario del Colegio de Arquitectos, y pienso seguir manteniendo esta misma actitud a sabiendas de que es lo mejor para nuestro país en un momento en el que la crisis del modelo está poniendo en evidencia la falta de alternativas consistentes y cuando el Ministerio de Medio Ambiente pierde la dimensión integradora que tuvo mientras estuvo dirigido por Cristina Narbona, lamentablemente ausente en el nuevo Gobierno formado en España tras las últimas elecciones generales.
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