Según el Plan de Prevención de Avenidas e Inundaciones (Junta de Andalucía, 2002), en la región andaluza existen 428 puntos de riesgo. El problema afecta al 56 por ciento de los municipios andaluces y al 60 % de la población
Cuando la catástrofe natural afecta a un territorio, la gravedad de sus manifestaciones se acentúa allí donde las intervenciones humanas no tienen en cuenta, con la debida capacidad de prevención y cautela, los niveles de riesgo existentes.
Las fuertes lluvias que este invierno han afectado a Andalucía han traído consigo destrucción, dolor y sentimiento de impotencia para las numerosas comunidades afectadas. La tragedia vivida en la ciudad sevillana de Écija, que ha padecido nada menos que cinco inundaciones en tres meses, y de la que tampoco se han visto libres otros núcleos del Valle del Guadalquivir, como Aguilar de la Frontera, Bujalance o Lora del Río, entre otros muchos, requiere un estudio a fondo de los motivos que explican la magnitud de la catástrofe ante el convencimiento de que seguramente tiene que ver con actuaciones que, producto de los comportamientos antes mencionados, nunca se plantearon qué podía ocurrir si las aguas alcanzaran el nivel que han alcanzado, algo nada improbable en un país como España tan expuesto a las irregularidades pluviométricas a lo largo de su historia.
Y es que cuando la investigación resulta rigurosa, las conclusiones no tardan en aflorar. De ahí la referencia que considero pertinente a propósito de las observaciones apuntadas por el Dr. José Damián Ruiz Sinoga, profesor de Geografía Física de
No hay comentarios:
Publicar un comentario