He recibido una obra de la que quiero dejar constancia expresa. Amablemente me la envía su autor, Gerardo Mario de Jong, profesor de Geografía en
Es una obra de reflexión centrada en función de tres cuestiones básicas, que analiza con detenimiento en sendos capítulos, muy bien vertebrados entre sí. El primero se dedica al desarrollo del Concepto de Región, que interpreta retrospectivamente, trayendo a colación las grandes aportaciones de los maestros de
Y, por último, la obra se completa con un tercer capítulo dedicado a elaborar y sugerir una “propuesta metodológica para el análisis regional”. Es un valioso colofón, respaldado por una rigurosa fundamentación conceptual y una inequívoca carga ideológica, que se apoya en la decidida intencionalidad del autor de sustentar sus reflexiones en el contexto de las contradicciones que se plantean para el desarrollo regional dentro del modo de producción capitalista. De ahí el énfasis que hace en “las articulaciones dialécticas en que se manifiesta el fenómeno regional”, imposibles de entender al margen de los conflictos sociales y de las estrategias auspiciadas desde el poder para asegurar la consolidación del sistema pese a sus marcadas contradicciones estructurales.
Con Gerardo de Jong en el Museo Ernesto Bachmann (Villa El Chocón, Neuquén)
De todo ello se deduce el sólido soporte epistemológico en el que De Jong se ha basado para construir su coherente discurso de acuerdo con los principios sustantivos e intelectualmente válidos de la dialéctica marxista. Y es que en estos tiempos de simplificaciones reiteradas, de pensamiento débil, de taxonomías meramente descriptivas, de fetichismos tecnológicos sobrevaluados sin más pretensión que la mera expresividad formal de los fenómenos, en estos tiempos, en suma, en los que la forma prevalece sobre el fondo textos como el que nos ocupa merecen ser reseñados, entre otras razones porque nos acercan a una Geografía crítica, de firmes cimientos teóricos, comprometida con los problemas de su tiempo y concebida tanto para poner en evidencia las tensiones y desequilibrios que aquejan al funcionamiento de las estructuras espaciales como para apuntar las líneas de reflexión que permitan corregirlos o, cuando menos, que no sean banalizados en las interpretaciones que de ellos se hacen, de acuerdo con lo reiterado insistentemente por grandes maestros como David Harvey o Milton Santos, entre otros.
Una obra clave, pues, para reafirmar el ineludible compromiso de la Geografía y de los geógrafos con su tiempo y con su espacio.
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