Creo que es interesante analizar la importancia que tiene la participación ciudadana en la concepción y tratamiento de las políticas territoriales. Acabo de terminar un artículo sobre la cuestión, que pronto verá la luz en una conocida Revista de Geografía, y gracias al cual he podido indagar en un tema que sorprendentemente ha sido escasamente estudiado desde nuestra disciplina. Es una carencia que conviene subsanar, ya que difícilmente podrían entenderse las estrategias adoptadas, las soluciones de conflicto, el modelo de decisión aplicado a la solución de problemas que inevitablemente surgen en una estructura socio-territorial compleja si no se valora en su justa perspectiva el alcance de los instrumentos que, desde el poder político, se ponen a disposición de los ciudadanos para que, a través de sus opiniones, debidamente articuladas en el contexto de una sociedad organizada y sensible pueda alcanzar el nivel de atención que le permita incidir en la toma de decisiones.
De ahí la utilidad de las experiencias analizadas “ex profeso”, necesarias para entender las posibilidades, perspectivas e incertidumbres que gravitan en torno al concepto de participación ciudadana como uno de los baluartes esenciales, y a la par más controvertidos, de las políticas públicas relacionadas con la ordenación del territorio. Y ello por dos razones fundamentales. que desearía destacar: porque, como manifestación primordial de la llamada “gestión de proximidad”, ejemplifica el nivel de compromiso e implicación de la sociedad en el diseño de las estrategias territoriales, y porque pone a prueba – en función de las relaciones que en el seno del territorio se construyen entre los individuos, las asociaciones y las instituciones - la calidad de los mecanismos de gestión pública, que precisamente encuentran en el reconocimiento de la participación una de las bases que aseguran el reforzamiento de su legitimidad democrática.
Por esta razón, considero oportuno informar de la iniciativa emprendida recientemente por el gobierno del Pais Vasco, impulsor de la propuesta EcoEuskadi 2020, con la que se trata de reflexionar sobre aspectos de prosperidad económica, equidad y cohesión social, y protección del medio ambiente con el horizonte temporal del año 2020. El resultado contribuirá a orientar las políticas públicas en Euskadi en clave de sostenibilidad”.
La invitación que se hace a la sociedad se muestra muy abierta, en función de las posibilidades permitidas por la comunicación a través de las páginas web diseñadas al efecto.
La iniciativa acaba de comenzar. No estaría de más hacer un seguimiento de sus pasos, a sabiendas de que procesos así no son fáciles ni tienen el éxito garantizado de antemano. Aunque, como es obvio, frente a la pasividad, al dirigismo despótico y a las prácticas opacas que sólo benefician a quien las ejecuta y a sus camarillas, ideas como la que comento deben ser siempre bienvenidas.
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