Fueron mis últimas clases. El último día de actividad como docente. Inolvidables experiencias, que tengo archivadas. Han pasado seis años y parece que fue ayer. Conservo los guiones docentes de aquel día. Geografía del Comercio y las Comunicaciones (los espacios ferroviarios) y Ordenación del Territorio (Metodos de Evaluación y Prospectiva en sistemas descentralizados). Como para perderlos. Siempre me tomé la profesión muy en serio. Ocurrió el 24 de mayo de 2017. Eran las 14 horas.
Mi primera clase tuvo lugar en el Aula Alonso Berruguete del edificio histórico de la Universidad de Valladolid el día 9 del mes de enero de 1972. He impartido la última en el día de hoy (24.5.2017) en el Aula que lleva el nombre de mi maestro, Jesús García Fernández, ya en el nuevo edificio, inaugurado en 1998. Salvo durante el cierre de la Universidad de Valladolid en 1975, no creo haber perdido más de diez clases en todo este período.

Finalizo mi actividad docente reglada con la satisfacción del deber cumplido, con el convencimiento de que de algo habrán servido mis explicaciones para las múltiples promociones de alumnos que he tenido la fortuna de tener delante, y al lado, de mí y también con la sensación de que el paso del tiempo,pese a haber aumentado inexorablemente la distancia generacional, no ha hecho mella en las ilusiones y esperanzas del primer día, siempre alentadas por el desafío permanente que supone el no perder nunca la perspectiva y el enriquecimiento personal que proporciona la juventud. En fin, se acabó, Comienzo una nueva etapa, consciente de que, haga lo que haga, jamás podré desprenderme de lo mucho que me han aportado las experiencias adquiridas en la Universidad pública y los retos a que se enfrenta la enseñanza de una disciplina tan fecunda en contenidos y aportaciones como es la Geografía.